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domingo, 4 de julio de 2010

Descanso eterno

La oscuridad me abraza. Las sombras se apoderan de mí. No hay marcha atrás. El borde está cerca. No tengo el valor de mirar hacia abajo. La vida se me va. Y yo… yo la entrego en bandeja de plata.

Siento la presencia de la muerte a mi lado, fría como la nieve, y me da terror. Miedo de no haber conocido esa sensación antes, de sentirme sola y sin fuerzas. Imagino a los hombres afuera, ajenos a mi desgracia, a mi dolor. ¡Hagan algo para impedir esto!

Sé que nadie puede oír mis gritos, mis lamentos y desesperaciones, y no encuentro otra salida más que callar. Guardar dentro de mí todo el odio y el maltrato, como siempre. Como siempre.

Espero llenar mi vida de paz. Quiero mirar al horizonte, separarme de esta puta vida, de esta enfermedad cuyo nombre no tiene más que el de Ana. Esa mujer que amo y que odio tanto como para asesinarla, acabar con ella de una vez por todas. Pero no es Ana la que se encuentra aquí, ella es más fuerte, y yo solamente una perra de casa. ¡Su perra de casa!

“¡Sos una mierda, mujer!”, “¡nunca haces algo bueno!” Todo el tiempo es así, no había cariño de su parte. Sé que no puedo existir sino es a su lado, pero no soporto esta vida de miseria, de violación, de conflicto. Vago en mi pensamiento y me veo en un paraíso colmado de riqueza, de gracia y paz, pero no puedo alzar mis alas, no puedo ser libre. Tengo una atadura a esta tierra y necesito cortar esa cadena.

Escucho cómo su voz se expande por todo mi cuerpo como una corriente que me paraliza, me posee y arremete contra mí. ¡No soporto más! ¡Maldita sea! ¡Alejáte de mí! ¡Púdrete de una vez por todas!

Me atrapa la desolación. El desconsuelo que vive y crece en los recuerdos, en las acciones y miedos. La decisión ya está tomada, no hay marcha atrás. Avanzo a la orilla, el cielo se enrojece. Se torna de un suave color.

En el firmamento revolotea un ave, ¡qué dichosa! ¡Qué majestuosa! ¡Qué libre! Representa todo lo que anhelo, todo lo que no puedo tener. ¡No la puedo mirar más! Me da pavor y celos. Imagino a Ana maltratándome de nuevo, mostrándome su descontento. La odio, envidio y escupo por todo lo que ha hecho de mí, porque nunca me fue fiel, porque no soy nada para ella, por que soy una puta más.

Su rechazo me da coraje, quiero huir, es el momento de hacerlo, abrazaré a la muerte y formaremos una sola. Me veo en llamas pero no siento dolor. ¡Hoy soy libre! Veo como la multitud se desvanece ante mis ojos, nada importa ya, quiero alejarme…

5 comentarios:

  1. Esta buenisimo (: buenale vos. Bien al estilo Tefo xD

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  2. que chivo esta pansoon!
    felicidades:)

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  3. Que ondas vos... Publicá más ondas que las quiero leer.

    Atte: Ya sabés quien soy. Pista: Te ayudé con ese cuento... xDU

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  4. segui adelane que escribis bien bonito tenes bastante imaginacion.. :p tu sabes :D tk

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